A lo largo de la historia varias enfermedades han surgido para atacar el cuerpo humano, desafortunadamente estas aparecen para quedarse y aunque la ciencia avance y consiga reducir el impacto con medicamento, tratamiento y vacunas, las enfermedades continúan siendo parte de la vida y por ello siempre la investigación y actualización sobre estos tópicos, son piezas claves para la promoción de salud.
Este padecimiento, ha acompañado al ser humano desde hace siglos. De hecho, los primeros reportes mencionan su presencia en la India, hace tres mil 300 años, mientras que en China fue hace dos mil 300 años. Fue en el año de 1882, cuando el Dr. Robert Koch anunció el descubrimiento de Mycobacterium tuberculosis, la bacteria que causa la tuberculosis (TB). Durante esa época la tuberculosis causaba la muerte de una de cada siete personas en Estados Unidos y Europa.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Salud (SSA), en 2021 la incidencia de tuberculosis en México fue de 19 mil 769 casos, de los cuales el 37 por ciento fueron mujeres y el 63 por ciento hombres y 77 por ciento se ubicó en población entre los 20 a 64 años de edad; el 4 por ciento, en individuos mayores a ese rango de edad; y el nueve por ciento, entre los cero a 19 años.
Respecto a los casos de tuberculosis el 80 por ciento son a nivel pulmonar, el resto se registra en otros tejidos (ganglios linfáticos, riñones, huesos, articulaciones, etcétera); también la incidencia destacó que el 30 por ciento de los casos diagnosticados anualmente se asocian con diabetes mellitus; también se aprecian otros padecimientos como el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) del 9 por ciento, mientras que el tabaquismo y desnutrición son comorbilidades que representan un 15 y 16 por ciento.
Desafortunadamente uno de los elementos que mantiene la problemática de la propagación de TB, es la falta de recursos y atención, sobre todo en los dos últimos años por la pandemia de COVID 19.
La prevención definitivamente es un aliado, para contrarrestar el impacto y para ello se cuenta con la vacuna que protege de las formas más graves de tuberculosis (meníngea y miliar); en el caso de la pulmonar, solo 50 por ciento de estos casos podría evitarse con la única vacuna antituberculosa que existe, la BCG (Bacillus de Calmette y Guérin), el camino es muy largo y hay mucho por hacer para mitigar la propagación.