Desde el inicio de la pandemia por coronavirus en 2020 y hasta hoy, se notificó un total acumulado de aproximadamente 758,7 millones de casos de COVID-19, incluidas unas 6,9 millones de muertes, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). A tres años de la declaración oficial del status de pandemia por parte de la OMS a raíz de la aparición del nuevo coronavirus SARS-CoV-2, que genera la enfermedad COVID-19, numerosas entidades, organismos internacionales, revistas científicas y expertos consultados han llevado a cabo un exhaustivo análisis de las lecciones aprendidas durante este tiempo tras la irrupción de este patógeno que ha puesto en jaque los sistemas de salud a nivel mundial, incluyendo los de las superpotencias.
En este artículo, exploraremos las 10 lecciones clave que hemos aprendido de la pandemia y cómo han moldeado nuestro presente y futuro.
- Importancia de la preparación: La pandemia ha resaltado la necesidad de una preparación adecuada para hacer frente a emergencias sanitarias. Los países y las organizaciones ahora comprenden la importancia de contar con sistemas de salud robustos, planes de respuesta a pandemias y una infraestructura adecuada para proteger a la población.
- La ciencia es crucial: La pandemia ha reafirmado la importancia de la ciencia y la investigación en la toma de decisiones. La comunidad científica ha trabajado incansablemente para comprender el virus, desarrollar pruebas, tratamientos y vacunas efectivas. Esto ha demostrado que la inversión en investigación científica es fundamental para afrontar desafíos globales.
- La salud mental importa: La pandemia ha puesto de relieve la importancia de la salud mental. El confinamiento, el distanciamiento social y el miedo al contagio han tenido un impacto significativo en la salud mental de las personas. Ahora entendemos la necesidad de brindar apoyo y recursos adecuados para abordar esta problemática.
- La colaboración global es esencial: La pandemia ha dejado claro que los desafíos de salud pública no conocen fronteras. La cooperación global y la solidaridad son fundamentales para enfrentar crisis de esta magnitud. La colaboración entre países, organizaciones internacionales y científicos de todo el mundo ha sido vital en la lucha contra el virus.
- La importancia de la comunicación clara: La comunicación clara y precisa es crucial durante una crisis sanitaria. La divulgación de información confiable, la transparencia y la educación pública son elementos clave para garantizar que las personas comprendan los riesgos y tomen medidas adecuadas.
- Resiliencia y adaptabilidad: La pandemia nos ha recordado la importancia de la resiliencia y la capacidad de adaptación. Los individuos, las empresas y las comunidades han tenido que adaptarse rápidamente a nuevas circunstancias, encontrar soluciones innovadoras y aprender a vivir en un entorno en constante cambio.
- Priorización de la salud pública: La pandemia ha reforzado la importancia de priorizar la salud pública sobre otros intereses. La protección de la vida y el bienestar de las personas debe estar en el centro de las políticas y decisiones, incluso si eso implica sacrificios económicos a corto plazo.
- La tecnología como aliada: La crisis sanitaria ha acelerado la adopción de la tecnología en muchos aspectos de nuestras vidas. Desde el teletrabajo hasta las consultas médicas en línea, la tecnología ha sido una aliada crucial para mantenernos conectados y funcionando durante los momentos más difíciles.
- Las alianzas aceleran la investigación y la producción
Durante la pandemia, hubo numerosos casos de alianzas que involucraron al sector público y al privado, a los estados y las industrias, las organizaciones científicas y la academia. Esto fue clave para impulsar la I+D y también la capacidad productiva necesaria para brindar respuesta a la alta demanda de tests diagnósticos y vacunas. - Mejores herramientas y coordinación mundial
El COVID-19 ha impulsado varios marcos de actuación y recomendaciones que se tendrían que llevar a cabo para fortalecer la preparación de los entornos locales a riesgos sistémicos. La OMS creó recomendaciones para autoridades locales a fin de fortalecer la preparación frente a la COVID-19. Naciones Unidas Hábitat ha creado un informe que recoge lecciones aprendidas de la respuesta local a la COVID-19 y propuestas para remodelar los entornos urbanos con el objetivo de reducir los impactos de futuras pandemias, reduciendo contagios, efectos económicos, sociales y ambientales adversos, y creando ciudades más sostenibles.
Finalmente, es importante destacar un nuevo curso de la OMS sobre manejo de emergencias sanitarias y desastres para ciudades resilientes, en el cual se presentan riesgos a los cuales las ciudades pueden enfrentarse y qué conocimientos y estrategias existen para poder manejarlos y conseguir ciudades resilientes desde el punto de vista de la salud.
La pandemia ha dejado una profunda huella en nuestras vidas, acelerando procesos de cambio que parecían impensables. Si bien las circunstancias difíciles nos han dejado cicatrices emocionales, también hemos obtenido valiosos aprendizajes que nos impulsarán hacia un futuro mejor. Sin lugar a dudas, las nuevas tecnologías han desempeñado un papel fundamental en esta transformación. Durante estos tiempos inciertos, nos hemos visto obligados a adaptarnos rápidamente y utilizar herramientas digitales para mantenernos conectados, trabajar desde casa y acceder a servicios esenciales. Estas experiencias nos han demostrado la importancia de la innovación tecnológica y nos han brindado una visión clara de las posibilidades que ofrece. Sin embargo, también hemos aprendido de nuestros errores y reconocemos la necesidad de abordar desafíos como la brecha digital y la privacidad en línea. A medida que avanzamos, es fundamental recordar estos obstáculos y trabajar juntos para superarlos, aprovechando el poder de la tecnología para construir un futuro más inclusivo y resiliente.